Gurdjieff tomado literalmente se convierte en algo contradictorio e ingenuo cuando nos enseña que hemos sido creados por los centros sexuales de nuestros padres y que ellos nos transmitieron por herencia lo que el llama el tipo o la esencia y además nos regalaron el centro emocional superior y el centro mental superior junto con la semilla para construirnos un cuerpo astral que puede algun día sobrevivir a la muerte del cuerpo físico y puede reencarnar en otro cuerpo físico o ser un cuerpo “Kesdjan” que significa en persa “vaso del alma.”
Digo que esta versión es ingenua y contradictoria, porque repugna a la razón que esas características del hombre tan sutiles como los centros superiores mencionados sean consecuencias del mero acto sexual de los padres, o debemos considerar al centro sexual como la fuente de las maravillas que sin embargo muere con el cuerpo físico sin saber que sucede con los centros mental y emocional superiores.
A pesar de esos centros superiores el hombre ordinario que no puede formarse un cuerpo astral termina totalmente con la muerte o en palabras de Gurdjieff “muere como un perro.”
Parece más lógico admitir que las substancias sutiles involucionan y producen el cuerpo físico habitando en él durante la vida y sustituyéndolo por otro en el momento de nacer o reencarnar.
Suena útopico y optimista que en el corto espacio de una vida humana se realicen los cambios necesarios para la transformación de un ser que ha nacido con limitaciones y defectos y frecuentemente sin posibilidades de recibir la información sobre su verdadera situación ni sobre la forma de cambiarla.
Por los argumentos anteriores y porque considero que existe evidencia tanto sobre los cuerpos sutiles como sobre la reencarnación he llegado a la conclusión de que el trabajo sobre si mismo para evolucionar necesita muchas vidas hasta que se logre construir un alma y ya no sea necesaria la experiencia en el vehículo físico para continuar el desarrollo espiritual.
En esa perspectiva se vuelve más lógica y plausible la practica evolutiva propuesta por Gurdjieff.